Por Jaime Plá, END, martes, 30 de agosto de 2022

La salud de los puertorriqueños es un factor vital en el proceso de desarrollo socioeconómico de Puerto Rico. Mucho se habla de la salud física y la salud mental como dos elementos separados. Sin embargo, la realidad es que es uno solo: es salud integral. Hay grandes determinantes sociales que impactan directamente la salud, y que no se toman en cuenta: vivienda, nutrición, escolaridad, finanzas, accesos, transportación y el factor “familia”, entre otros muchos.

Por eso, al analizar el sector salud tenemos el plato lleno. Lo primero que debemos hacer, es declarar que la salud es un derecho… una necesidad básica… un servicio esencial. Lo segundo, imaginarnos el sistema que queremos y modelarlo en un documento, no aspiracional, sino como plan de trabajo con metas, fechas y financiamiento. En Puerto Rico se habla mucho sobre el sistema de salud, pero no se ve como un “todo”. Lo dividimos en público y privado, y luego lo sectorizamos por población, cada uno de forma independiente. Estas continuas divisiones resultan en un sistema desarticulado, básicamente convertido en pequeños islotes. Si es privado o público, Medicaid o Medicare, indigente, de la ciudad o rural, en realidad, ¡¿qué importa?!

Lo que importa es cómo lo integramos para que las metas y los servicios sean compatibles, optimizar esos servicios y que garanticen la buena salud de todos los puertorriqueños. Si la diabetes es un problema… ¿Cuál es el plan de acción?; Si la falta de facilidades de salud en Vieques y Culebra representan un problema… ¿Cuál es la solución?; Si la violencia no puede ser solamente un problema policíaco, sino un asunto de salud social… ¿Cuál es el plan?

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