Por Adriana Díaz Tirado, sábado, 4 de junio de 2022 – 8:09 p.m.
“No había ningún espacio seguro”, compartió María Leonor Avilés Rivera, sobre su experiencia diaria con la transfobia antes de llegar a la Clínica Translucent, que le ayudó en su proceso de transición en 2017—como parte de los servicios de salud que ofrece a la comunidad trans— y donde ahora trabaja como manejadora de casos.
“Sentía que de ninguna manera el personal médico en Puerto Rico estuviese capacitado para tratar con mi colectivo. Esa fue una de las razones de por qué no pude transicionar previamente. Comencé mi transición a los 37 años. Llegué a pensar que no iba a ser posible, que la única posibilidad que tenía era irme a Estados Unidos o algún otro país para buscar este tipo de ayuda”, contó Avilés Rivera, quien comenzó como paciente en la clínica.
Las experiencias de transfobia se repiten en las oficinas médicas, en las farmacias al recoger medicamentos, en los comercios, en la transportación pública, al buscar vivienda, entre otras actividades de la vida cotidiana de cualquier persona.